El tema de una posible "cura milagrosa" fue sin dudas el más explotado en cuanto a desinformación sobre el virus, con múltiples aristas pero en especial con la promoción que hizo desde marzo el presidente Trump de la hidroxicloroquina y la cloroquina (ya en uso como medicamentos contra la malaria) como tratamientos o curas para el covid-19, a pesar de que no existían estudios revisados que probaran su efectividad.
El hecho de que el presidente de Estados Unidos promoviera este medicamento tuvo una gran repercusión mediática y, por tanto, que se agotara rápidamente en muchas farmacias. Posteriormente varios estudios señalaron que no solo no eran efectivos, sino que además podrían ser dañinos.
El tema de la hidroxicloroquina como tratamiento siguió rodando en medios y plataformas después de que el 20 de mayo Trump dijera que estaba tomando el medicamento de forma preventiva.
El estudio de la Universidad de Cornell detectó un pico de desinformación con respecto a las curas milagrosas el 24 de abril, cuando Trump mencionó en conferencia de prensa el engañoso potencial curativo de la lejía y otros desinfectantes contra el covid-19.
A partir de la relevancia de estos subtemas por haber generado más información errónea que todos los demás temas juntos, la investigación concluyó que el presidente de Estados Unidos fue probablemente el principal impulsor de la desinformación sobre la pandemia.
La conspiraciones vinculadas a supuestos 'nuevos órdenes mundiales' secretos u organismos gubernamentales del llamado 'estado profundo' existen desde hace mucho tiempo y también se han vinculado a otras varias en relación con el coronavirus. Actualmente, cobra cada vez más auge con un exponente de este tipo: QAnon.
Aquí, una vez más, la labor del presidente Trump ha estimulado estas falsas narrativas y el mandatario ha llegado a decir que los seguidores de QAnon son buenos patriotas a los que él les cae bien.
En una conferencia sobre el coronavirus en la Casa Blanca Trump bromeó acerca de que el Departamento de Estado de EEUU era un Departamento del 'Estado Profundo', ocasionando que el doctor Fauci se llevara las manos a la cara.
Este tipo de afirmaciones incluyeron acusaciones de que figuras específicas asociadas con la respuesta al covid-19, como el propio doctor Fauci, fueron "pagadas" por “actores del estado profundo” o gobiernos globales secretos.
En el mes de enero de 2020 surgió una teoría de la conspiración que sugería que la pandemia del SARS-CoV-2 fue intencional y se fabricó para coincidir con el juicio político que se realizaba entonces contra el presidente Trump. Uno de sus principales impulsores públicos fue Eric Trump, el hijo del presidente, quien llegó a decir que el coronavirus desaparecía "de repente y mágicamente" y que todos podrían reabrir después de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, comentarios publicados por la cadena Fox News.
Esto alimentó la politización de la respuesta al coronavirus y manifestaciones que pedían reaperturas anticipadas, alegando que se trataba de una farsa demócrata.
Las teorías de la conspiración que rodean al Instituto de Virología de Wuhan surgieron desde los primeros tiempos de la pandemia, incluidas las teorías de que esta era una instalación secreta que trabajaba con armas biológicas y que desde allí se había liberado, de forma deliberada, según algunos, o accidental, según otros, el nuevo coronavirus.
Numerosos artículos de verificación de hechos examinaron el probable origen zoonótico real del coronavirus, así como un aumento en el sentimiento anti-asiático y los crímenes de odio al principio de la pandemia.
Estas narrativas tienen un trasfondo geopolítico en las tensas relaciones del gobierno de Estados Unidos con China, a quien culpa por la pandemia y su manejo de ella. Con frecuencia Trump hace referencia al patógeno como "el virus chino".
Las conspiraciones que conectan a Bill Gates con el covid-19 surgieron desde el principio de la pandemia, a menudo explotando narrativas ya existentes sobre el fundador de Microsoft y su interés y promoción de las vacunas.
Algunas de estas teorías citaban una charla TED de 2015 en la que Gates hablaba sobre el peligro de las pandemias como evidencia de que tenía conocimiento previo o que directamente contribuyó a desatarla.
El apoyo dado por la fundación Bill y Melinda Gates a varios proyectos actuales de vacuna contra el covid-19 también son usados como evidencia de que el multimillonario presuntamente planea 'insertar microchips en estas vacunas' para rastrear y controlar las acciones de las personas.
Este tema de desinformación experimentó otro pico cuando un político italiano pidió que arrestaran a Bill Gates por "crímenes contra la humanidad", generando grandes titulares en los medios de prensa.
La teoría de la conspiración de que la tecnología 5G tiene impactos negativos en la salud es anterior a la pandemia. Ya desde enero de 2019 en el canal en inglés del gobierno ruso, Russia Today (RT), salió un corresponsal advirtiendo que la 5G "podría matarte".
En enero de 2020, esta teoría de la conspiración ya existente fue recogida por un sitio web francés sobre conspiraciones llamado 'Les moutons enragés' ('Ovejas indignadas') sugiriendo una correlación entre la aparición del nuevo coronavirus y la instalación de torres 5G en Wuhan, China. La teoría de la conspiración 5G/covid-19 irrumpió en la cobertura de los medios de comunicación el 5 de abril, con informes generalizados de vandalismo de torres 5G en el Reino Unido y luego en otros países.
Según el estudio de la Universidad de Cornell, si bien la tecnología 5G fue el sexto tema de desinformación sobre el coronavirus más frecuente en los medios tradicionales, gran parte de la cobertura fue de verificación de datos y en menor medida se dio credibilidad a estas teorías o fuentes promotoras.
En la cobertura de temas de desinformación sobre el coronavirus, varias conversaciones mediáticas destacaron que la pandemia estaba impulsando el sentimiento antijudío en Estados Unidos y Europa. La Liga Antidifamación (ADL) advirtió que los extremistas están sembrando teorías de conspiración antijudías en línea, en relación con el covid-19.
La mayor parte de la cobertura de los medios de comunicación no se ha hecho eco de las conspiraciones antisemitas; pero estas sí se han reflejado en algunos blogs que promueven conspiraciones de larga data, como las asociadas con George Soros.
De forma general, las teorías de conspiración genéricas que mencionan al covid-19 como un esquema de control intencional de población, suelen combinarse con otras áreas y teorías, como las falsas afirmaciones de que la vacunación podría ser un esfuerzo de control poblacional, y según algunas teorías, impulsado por Bill Gates.
Esta narrativa es popular en Estados Unidos y en general también en algunos países de África, donde se considera que las organizaciones filantrópicas occidentales, en particular las que se ocupan de la salud pública, buscan reducir o controlar la fertilidad y, por tanto, la población.
Las menciones de “planificación de la población humana” y “control de la población” relacionadas con la actual pandemia alcanzaron su punto máximo el 15 de marzo y disminuyeron durante los meses siguientes, concluyó el estudio.
Las menciones al doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, aparecieron como un tema de desinformación a principios de abril, cuando empezaron a acusarle de exagerar las muertes o de ser beneficiario de los esfuerzos farmacéuticos para encontrar tratamientos y vacunas contra el covid-19.
Las acciones de estos informes en las redes sociales a menudo se combinaban con hashtags populares como #FireFauci y #FauciFraud.
Los principales medios de comunicación a menudo defendieron a Fauci con artículos de verificación de datos. Medios como The New York Times, Business Insider y Forbes publicaron artículos que desacreditaron las afirmaciones falsas sobre el científico.
Con respecto a otros temas, la conspiración de Fauci se limitó a un breve período de varias semanas en abril. El aumento prominente en este tema se dio a partir del 13 de abril, cuando Trump retuiteó la publicación de un conservador que decía “Es hora de #FireFauci” ("Es hora de despedir a Fauci"). Una vez más, el impulso de Trump es notable en la difusión de desinformación.
'Plandemic', en español 'Plandemia', es un pseudodocumental de unos 25 minutos publicado en Youtube el 4 de mayo por un productor de cine llamado Mikki Willis. Poco después de su aparición, Plandemic ya tenía millones de visitas a través de plataformas como Youtube, Twitter y Facebook y el video fue tomado rápidamente por los teóricos de la conspiración, antivacunas, negacionistas del virus o seguidores de QAnon para corroborar sus teorías.
Este supuesto documental convirtió en una nueva estrella del universo conspiranoico a la exviróloga Judy Mikovits, quien hace afirmaciones falsas sobre el virus, los presuntos intereses oscuros de Fauci o las teorías del 5G, entre otras.
Las primeras teorías de la conspiración que rodearon al covid-19 cuando todavía no se había declarado pandemia, se centraron en la afirmación de que el coronavirus fue contraído inicialmente por chinos de Wuhan que comían murciélagos, ideas que fueron difundidas por un video viral sobre el consumo humano de esos animales, que realmente se desarrollaba en Micronesia en el año 2016, según los investigadores de la Universidad de Cornell.
Medios como The Guardian informaron temprano que esta teoría de la conspiración estaba arraigada en el racismo y probablemente contribuyó a un aumento en el sentimiento anti-asiático, incluidas las amenazas de muerte a una celebridad china.
Como tema de desinformación, la llamada 'sopa de murciélago' ocurrió en los primeros tiempos, alcanzó su punto máximo el 25 de enero y volvió a aumentar en la semana del 15 de marzo, hasta que poco a poco fue desapareciendo de la cobertura.