Es cierto que la teoría de que Barack Obama no había nacido en Estados Unidos -y que por eso no podía ser presidente - data de antes, incluso de 2008. Pero Trump la hizo crecer en 2011, avanzado el primer mandato de Obama. Philip Bump reportó para The Washington Post que Trump lo hizo “como parte de su primera exploración para lanzarse a la presidencia”.
Ese año, Trump lo convirtió en un tema en entrevistas de TV y su cuenta de Twitter, según un recuento de Univision Noticias. Pero el 28 de abril de 2011, Obama publicó su certificado de nacimiento, que confirma que Barack Hussein Obama nació en Onolulu, Hawaii, el 4 de agosto de 1961.
El 30 de abril, dos días después de hacerlo público, Obama bromeó sobre el tema en la cena con los corresponsales en la Casa Blanca., delante de Trump. Y le dijo con sarcasmo: “... nadie está más orgulloso y más feliz que cerrar este asunto del certificado de nacimiento que El Donald, y eso es porque finalmente puede ocuparse de concentrarse en los temas que importan, como: ¿fingimos el aterrizaje en la luna?, ¿qué pasó de verdad en Roswell? [donde hubo rumores en 1947 de que un ovni chocó], ¿y dónde están Biggie y Túpac [dos raperos asesinados en 2002 y se convirtieron en centro de teorías conspirativas]?”. Los asistentes reían.
Pero Trump siguió con el tema y en octubre de 2012 ofreció donar $5 millones a una organización de caridad si Obama mostraba sus pasaportes y sus registros en la universidad. The Washington Post mostró ejemplos de tuits en los que insistió hasta 2014. En 2015 dijo tener dudas en entrevistas.
Fue en mayo de 2016, en plena campaña a la presidencia, cuando admitió, por primera vez en público, que Obama sí nació en Estados Unidos. Luego culpó a su oponente demócrata, Hillary Clinton, de originar la falsedad. Univision Noticias y nuestros aliados de FactCheck.org y The Washington Post comprobaron que no es cierto y que no hay evidencias de que fuera ella quien inició la falsa teoría.
El propio Trump no ha podido explicar con precisión en qué consiste el ‘Obamagate’, aunque él mismo usó el término para bautizar lo que decía era “el mayor crimen político de la historia”. Sin más detalles.
“¡OBAMAGATE!”, escribió el 11 de mayo Trump en su cuenta de Twitter –ahora suspendida-, sin decir de qué se trataba. Y también retuiteó: “Barack Hussain Obama es el primer expresidente en hablar en contra de su sucesor, había una larga tradición de decoro y decencia. ¿Debería alguien estar sorprendido? ¿#TrumpCelosoDeObama? SERIAMENTE LO DUDO…#ObamaGate #MAGA#KAG #FoxNews”. En el enunciado del retuit Trump escribió: “Lo atraparon ¡OBAMAGATE!”.
Un reportero le preguntó a qué se refería con el 'Obamagate' y respondió con lo de “el mayor crimen de la historia”. El periodista insistió y Trump replicó: “Tú sabes cuál crimen es”, reseñó Univision Noticias, en una nota en la que se explica que Trump empezó a hablar en mayo de ese caso sin detalles, en pleno pico de la pandemia de covid-19 y en medio de la celebración del Día de la Madre.
Informes de Univision Noticias, de The Guardian y The Washington Post coinciden en que el origen de la molestia de Trump puede tener que ver con la investigación del llamado escándalo 'Rusiagate', que buscaba establecer la interferencia rusa en las elecciones de EEUU. Por esos días el Departamento de Justicia tomó una decisión sobre el caso y se coló una grabación de Obama criticándola.
En ella fustiga además el tratamiento del coronavirus por parte del gobierno de Trump como “absoluto desastre caótico”. De ahí el tuit de Trump sobre Obama hablando “en contra de su predecesor”. Pero nunca presentó pruebas de ningún 'Obamagate'.
“El concepto del calentamiento global fue creado por y para los chinos, para hacer no competitiva la industria de Estados Unidos”, tuiteó el 6 de noviembre de 2012.
Faltaban cuatro años para que fuera presidente. Su posición negacionista sobre el cambio climático lo llevó a retirar a EEUU del Acuerdo de París, a pesar de que el país está entre los tres más contaminantes del mundo con emisiones de CO2 a la atmósfera. El retiro se oficializó el 4 de noviembre de 2020. Este acuerdo compromete a los países miembros a que contribuyan en reducir la temperatura del planeta en 1.5 grados disminuyendo la emisión de estos gases.
Ya en su gobierno, Trump dijo que el cambio climático no tiene mucha conexión con la actividad humana; que los científicos manipulan la data sobre la temperatura; y que “un poco de calentamiento global” le caería bien a las bajas temperaturas de la temporada.
Las evidencias de que el cambio climático existe y que está asociado con la actividad humana son abundantes. "La capacidad del hombre para alterar el clima esta más que demostrada desde hace al menos dos décadas", dijo el científico Diego G. Miralles a National Geographic.
Nuestros aliados de FactCheck.org citaron un reporte del Programa de Investigación Global de Estados Unidos, en el que participan 13 departamentos y agencias del gobierno federal, que decía en 2018 que “la temperatura global promedio ha subido 1.8 Fº de 1901 a 2016”. Según el informe, no hay evidencias que sostengan que esto ha ocurrido de forma natural y, por el contrario, sí hay pruebas que señalan “de forma consistente” a la actividad humana, especialmente los gases del efecto invernadero, “como la causa dominante”.
El aumento de las temperaturas de la atmósfera del planeta, explican los científicos, producen fenónemos meteorológicos extremos que incluyen no solo olas de calor, sequías, lluvias y tormentas prolongadas e inundaciones, sino también a los récords en las bajas temperaturas y las olas de frío.
Trump dijo en 2015 una afirmación que dejó huella, cuando estaba entre los candidatos que optaban a una nominación por el Partido Republicano para la carrera presidencial. “Cuando México manda a su gente, no están mandando a los mejores. No los están enviando a ustedes. Están mandando gente que tiene muchos problemas, y están trayendo esos problemas a nosotros. Están trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores. Y algunos, asumo, son buena gente”. Trump mantuvo el discurso antiinmigrantes a lo largo de su mandato.
En su gobierno, Trump asoció erróneamente la entrada de inmigrantes sin papeles con una mayor criminalidad en el país; dijo que se ha producido una “invasión de todo tipo de criminales y bandas”; que los inmigrantes sin papeles traen a Estados Unidos “cantidades tremendas de crímenes”; que las llamadas “Ciudades Santuario” -que en varios estados decidieron dejar de colaborar con las autoridades migratorias federales para la detención y deportación de inmigrantes sin documentos- “reproducen el crimen”; que “terroristas del Medio Oriente” entran a Estados Unidos por la frontera sur. Falso.
Nuestros verificadores aliados de FactCheck.org y The Washington Post han desmentido estos mensajes.
Encontraron que no hay evidencias en los datos oficiales, federales, locales y estatales, ni en los estudios especializados, de que los inmigrantes cometan más crímenes que los estadounidenses de origen. Tampoco hay pruebas que indiquen que en las Ciudades Santuario hubo un aumento de los delitos por su protección a los inmigrantes sin documentos.
Y el propio Departamento de Estado del gobierno de Trump dijo que no hay “evidencia creíble que indique que grupos terroristas internacionales hayan establecido bases en México, trabajado con cárteles mexicanos de la droga o enviado operativos a Estados Unidos a través de México".
Sobre el muro en la frontera sur de Estados Unidos con México, su promesa de campaña y una de sus banderas de gobierno, Trump repitió dos tipos de afirmaciones: una, que el muro tendría 1,000 millas de longitud para las 2,000 millas de frontera (porque las otras 1,000 ya son barreras naturales); y, dos, que el muro lo pagaría México. Pero ninguna de las dos es cierta.
Trump se va de su gobierno con una cifra de millas construidas del muro muy inferior a la prometida. "Solo se han construido 47 millas de muro primario y 33 millas de muro secundario donde antes no había barreras", comprobó FactCheck.org en una verificación del 20 de enero. La administración Trump construyó un total de 453 millas de "sistema de muro fronterizo", dicen, basados en un informe de Aduanas y Protección Fronteriza del 8 de enero. Pero la mayoría de esa construcción, 373 millas, "es un reemplazo de cercas primarias o secundarias que estaban deterioradas o de diseño obsoleto".
Antes de la presidencia de Trump, había 650 millas de barreras en la frontera. De las meta de las 1,000 millas de muro adicional habló en 2015, cuando buscaba la candidatura republican. En 2018, ya presidente, bajó el objetivo a 700 a 800 millas. Y en julio de 2020, a 537 millas. ".
El muro tampoco lo pagó México. “Voy a construir un gran, gran muro en nuestro frontera sur. Y haré que México pague por ese muro”, decía Trump en su campaña para la nominación, en 2015. Y repitió esa idea durante su presidencia: que México financiaría el muro a través del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá.
Pero FactCheck.org comprobó en diciembre, con datos oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que no. Que el gobierno de Trump amarró $15,000 millones para la construcción de muros durante su mandato. Una parte la asignó el Congreso en sus presupuestos anuales y la otra la desvió Trump de lo asignado a construcciones militares y combate al narcotráfico. "Pero todo ha sido financiado por los contribuyentes estadounidenses”. Los verificadores aliados de The Washington Post lo ratificaron.
Donald Trump empezó su gobierno, en 2017, jactándose de que los empleos “han regresado [a Estados Unidos] por mí”. También dijo, dos meses después de haber asumido la presidencia, que había creado “medio millón de nuevos empleos”.
FactChek.org verificó, sin embargo, que la tendencia al alza en la creación de empleos había empezado con el gobierno de Barack Obama. Los datos del Departamento del Trabajo que usaron indican que se crearon 250,000 nuevos empleos [en promedio, cada mes] durante 20 de los 96 meses del gobierno de Obama, con lo cual, bajo su presidencia, se crearon 11.5 millones de empleos.
En septiembre de 2020, en el primer debate presidencial con Joe Biden, Trump siguió alardeando sobre la economía. Dijo que en su gobierno había creado la “mayor economía de la historia de Estados Unidos”, una afirmación que ha recalcado durante la pandemia. Pero The Washington Post determinó, en una verificación que publicamos en El Detector, que, aunque hubo una buena situación económica durante los tres primeros años de su mandato, los gobiernos de Dwight D. Eisenhower, Lyndon B. Johnson y Bill Clinton lo superaron.
Trump también dijo en ese debate que su gobierno había creado 700,000 empleos en el sector de la manufactura. Pero el Post comprobó que la cifra más altas de empreos agregados a la manufactura fue de unos 480,000 empleos. “La cifra neta ahora, en medio de la pandemia de coronavirus, es una pérdida de 252,000 empleos en manufactura durante el mandato de Trump”, agregaron.
Durante un tiempo Trump minimizó la pandemia y comparó la covid-19 con la gripe. Y, admitió él mismo, lo hizo adrede.
El legendario periodista Bob Woodward publicó en septiembre pasado un libro con revelaciones sobre el manejo de la pandemia del gobierno de Trump. En él figura una llamada telefónica del periodista a Trump el 7 de febrero de 2020. En la conversación Trump admitió que la situación era mucho más grave de lo que decía públicamente. Le dijo a Woodward: “Solo respiras y así es como se transmite. Así que es muy difícil. Es muy delicado. Y también es más mortífero que incluso la gripe más dura. Esto es un asunto mortal”.
Luego, el 19 de marzo, Trump le dijo a Bob Woodward que en público minimizaba los efectos del virus adrede. "Siempre quise restarle importancia. Todavía me gusta restarle importancia, porque no quiero crear pánico".
Una verificación de FactCheck.org, que publicamos en El Detector, contó al menos 10 afirmaciones, entre el 22 de enero y el 10 de marzo, en las Trump siguió comparando la covid-19 con la influenza y restó esa importancia al coronavirus, diciendo incluso que se iría en abril “con el calor”. El 13 de marzo, el entonces presidente declaró la emergencia nacional por el coronavirus, pero el 24 de marzo insistió con la comparación con la gripe y dijo que a pesar de que por ella mueren “miles y miles de personas al año” y “nunca cerramos el país”.
No se olvidan tampoco otras afirmaciones de Trump sobre el coronavirus: su juego con las cifras de muertes; su afirmación sin bases -cuando apenas empezaba la pandemia en marzo- de que el uso combinado de dos drogas contra la malaria y un antibiótico eran efectivos para combatir el virus; su declaración con falsedades de que el cloro podía “eliminar el virus en un minuto” y que “pudiéramos hacer algo así como una inyección” (aunque al día siguiente dijo que era una broma); y la mentira de que su gobierno no podía atender la demanda de ventiladores para atender a los pacientes críticos de covid-19 porque el gobierno anterior no le dejó suficientes ventiladores.
En 2015 se conoció públicamente que Hillary Clinton tenía un sistema privado de emails cuando era secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama.
Esta revelación derivó en una investigación oficial, y se usó durante la campaña electoral por la presidencia, en la que Clinton compitió con Donald Trump.
En agosto de 2016, Trump dijo en un mitin en Texas que “el FBI encontró miles [de emails] que nunca entregó], y recientemente encontró 15,000 más”. También dijo que Clinton borró emails “para cubrir crímenes”.
FactCheck.org comprobó en una verificación que sí, en efecto, el entonces director del FBI James Comey dijo que había “varios miles de e mails de trabajo” que Clinton no entregó al Departamento de Estado, pero el FBI no había encontrado “recientemente otros 15,000 emails”. Y sobre los correos electrónicos que dijo Trump que Clinton borró “para cubrir crímenes”, Comey dijo que el FBI no encontró evidencias “de que ninguno de los emails [que el FBI encontró] se borraron intencionalmente como un esfuerzo por esconderlos”, determinó la verificación de FactCheck.org.
Por otro lado, en octubre de 2016 Trump hizo una declarón en video, que los verificadores aliados de The Washington Post revisaron. Decía que había una “complicidad” entre el Departmento de Estado, el FBI y el Departamento de Justicia –todavía del gobierno de Obama- para hacer parecer “menos culpable a Hillary Clinton”. Se refería a una conversación, en la que participó un funcionario del FBI, que hablaba de un supuesto intercambio de favores o ventajas (quid pro quo) entre esa agencia y el Departamento de Estado, para el tratamiento del estatus de clasificado de uno de los emails de Clinton. “No hay evidencias de que hubiera pasado nada como consecuencia de esa conversación. El FBI no retiró su alegación de que el email en cuestión debía tratarse como clasificado”, determinó la verificación de The Washington Post.
El 25 de julio de 2019, Donald Trump, al mando del gobierno de Estados Unidos, llamó al presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky, para pedirle que investigara a Joe Biden –que optaba a la candidatura demócrata a la presidencia—y a su hijo Hunter Biden.
Esa llamada se destapó y dio pie al primer juicio político (impeachment) contra Trump. La mayoría demócrata de la Cámara de Representantes lo activó en febrero de 2020, por considerar que se trataba de un chantaje de Trump al gobierno ucraniano y un intercambio de favores (quid pro quo) entre los dos. Trump terminó absuelto por el Senado.
Univision Noticias reportó que el jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney había admitido, aunque luego se retractó, que sí ocurrió ese quid pro quo. “Trump estaba reteniendo la ayuda militar, necesaria para su aliado de Europa del Este que está en guerra con Rusia, porque esperaba que [Volodymyr] Zelensky iniciara una investigación a Joe Biden, su potencial rival para las próximas elecciones, y a su hijo, Hunter, así como a la interferencia en las elecciones de 2016 en Estados Unidos”, dice el reporte de Univision Noticias.
La Casa Blanca, recuerda la nota, confirmó esto en un memorandum de la llamada entre Trump y Zelensky, que publicó el 25 de septiembre de 2019. Sin embargo, en enero de 2020, Trump tuiteó que había hecho a Zelensky “una llamada perfecta” y que no hizo nada malo, “¡lean las transcripciones!” , dijo.
Trump también había dicho el 2 de octubre de 2019 que esa transcripción que publicó la Casa Blanca era literal, “ una transcripción exacta palabra por palabra” que “habían tomado taquígrafos muy talentosos”. Pero FactCheck.org verificó que no era así, al citar las propias palabras del memo que publicó la Casa Blanca: “Un Memorando de una Conversación Telefónica (TELCON) no es una transcripción literal de una discusión (...)".
Nuestros aliados de FactCheck.org ya verificaron mensajes de Trump ¡en noviembre de 2016!, en los que hablaba de votos ilegales y decía, sin sustento que había ganado el voto popular. También dijo que lo ganó “de forma arrolladora”(landslide), uno de sus términos más socorridos después de las elecciones de 2020.
Ninguna de las dos cosas son ciertas. Según los resultados oficiales, Donald Trump ganó la elecciones presidenciales de noviembre de 2016 con 306 votos electorales, lo que superó los 232 que recibió su contendora demócrata Hillary Clinton. Pero Clinton ganó el voto popular y superó a Trump por una diferencia de más de 2.8 millones de votos.
En 2017, Trump repitió que hubo “millones de votos ilegales” y que hubo un “fraude masivo de votantes”. Y en 2018, en las elecciones de medio término, dijo que los Demócratas intentaban “robar la elección”. En 2019 siguió con el asunto
Y entonces llegó 2020. La cascada de desinformaciones de Trump sobre las elecciones cayó fuerte a partir de la medianoche del 4 de noviembre, cuando no había resultados claros, y Trump se declaró ganador y habló de robo. Pero ya antes en la campaña hablaba de que habría un fraude. Pasadas las elecciones, Trump escaló sus teorías sobre el gran robo, aficándose en el voto por correo y en ausencia, en los que llamó, otra vez falsamente, "los votos ilegales", y también en el inventado fraude electrónico con las máquinas de Dominion.
En El Detector hemos publicado más de una decena de verificaciones propias y otras en alianza con los verificadores de FactChat. Todas comprueban que las afirmaciones de Trump eran falsas y no tenían evidencias. El equipo legal de Trump perdió la gran mayoría de las demandas legales de impugnación de las elecciones. Además, fuentes y entidades autorizadas del gobierno federal dijeron que no hubo indicios de fraude masivo y que las elecciones fueron limpias.
La teoría del robo de las elecciones desembocó en el asalto al Capitolio por parte de seguidores de Trump el pasado 6 de enero.