El coronel Alexander Litvinenko, exagente de la KGB, desertó de Rusia en el año 2000 y huyó a Londres, donde seis años después cayó enfermo luego de beber té mezclado con polonio 210 radiactivo.
Murió tres semanas después de una larga agonía. Una investigación británica encontró que agentes rusos lo mataron. Rusia negó cualquier participación.Antes de su muerte, Litvinenko reveló a periodistas la existencia de un laboratorio secreto de veneno en Moscú que data de la era soviética.
También acusó a Moscú de estar detrás del envenenamiento con dioxinas del presidente ucraniano Viktor Yushchenko en 2004.Desde su lecho de muerte, Litvinenko acusó a Putin de ser el responsable de su muerte.
Dos años después, Politkovskaya fue asesinada a tiros afuera de su casa en Moscú. Cinco hombres fueron condenados por llevar a cabo el homicidio, pero nadie por ordenarlo.
Era aliado del líder de la oposición rusa Boris Nemtsov, quien fue asesinado a tiros en 2015 mientras cruzaba un puente cerca del Kremlin y del oligarca convertido en disidente Mikhail Khodorkovsky.
Kara-Murza casi muere de insuficiencia renal en el primer incidente. Se sospecha envenenamiento, pero no se ha determinado la causa. En 2017, fue hospitalizado por un padecimiento similar repentino. Su esposa dijo que los médicos confirmaron que fue envenenado.
Gran Bretaña culpó a la inteligencia rusa, pero Moscú negó cualquier papel en la operación.
Los médicos alemanes que lo trataron dijeron que una intoxicación era "altamente plausible". Al final se recuperó.