Reyna González Amador 
Desapareció el 14 de mayo de 2021
Crédito: Fiscalía de México

Tenía 34 años de edad y fue vista por última vez en el municipio de Atizapán de Zaragoza, Estado de México. El día de su desaparición vestía sandalias de baño de plástico color azul, un mallón negro, una blusa negra.

Reyna se dedicaba a la administración de un local de accesorios para celulares y tenía dos hijas pequeñas.

Tras su desaparición y varios días de búsqueda, sus restos fueron hallados en el sótano de la casa de Andrés Filomeno. Al momento de su detención, el sujeto confesó haber cometido varios feminicidios durante los últimos 20 años.

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Rubicela Gallegos Castillo 
Desapareció el 20 de julio de 2019

Tenía 32 años y su identificación oficial fue hallada en la casa de Andrés Filomeno. El último lugar donde fue vista fue en la colonia San Javier, también en el municipio de Tlalnepantla de Baz. Vestía mallas negras, chaleco café, blusa negra y zapatillas negras.

Ella salió del norteño estado de Nuevo León, en Monterrey, para mudarse a la Ciudad de México. Buscaba un mejor futuro para ella y su hijo que ahora tiene 7 años. De acuerdo con el diario mexicano Excélsior, quería estudiar Petroquímica, pero antes consiguió un trabajo en un banco y repartía comida a través de UberEats en sus tiempos libres.

Lo último que se supo de ella fue cuando salió a entregar un pedido. Aunque sus familiares iniciaron un proceso legal, hasta ahora no tienen noticias de las autoridades, según dijo su padre, Armando Gallegos, a diversos medios locales.

“Hasta ahorita, de parte de alguna institución del gobierno no hay ningún comentario, ninguna noticia de ningún tipo, nosotros nos informamos por medio de las redes sociales”, dijo Gallegos.

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Flor Nínive Vizcaino Mejía (38 años)
Desapareció el 16 octubre de 2016
Fiscalíade México

Su ficha señala que tenía 38 años al momento de su desaparición. Su identificación oficial también fue hallado en el domicilio del presunto feminicida. La última vez que la vieron fue en el municipio de Tlalnepantla de Baz, en el céntrico Estado de México. Fue descrita como una mujer con una cicatriz en el lado derecho de la boca y vestía blusa de manga larga de licra y un mallón café.

De acuerdo con el diario Reporte Índigo, la mujer vivía con sus dos hijas adolescentes, pero el fin de semana de su desaparición se quedaron en casa de su padre biológico.